En uno de los barrios más emblemáticos de nuestra ciudad, en Russafa los vecinos pondrán en marcha una moneda social, como ya existe en otros barrios de ciudades españolas, el orué, pero lo diferente es que se hace desde el soporte tecnológico más vanguardista e innovador. Al ser electrónica se evitan falsificaciones, como usa la tecnología NFC (Near Field Comunication) y permite el pago móvil.
Con la iniciativa se dinamizará la economía del barrio a la vez que potenciar iniciativas solidarias, culturales, educativas y ecológicas.
El orué, euro escrito al revés, es una moneda electrónica que se obtiene por participar en la idea, y ha sido diseñada por los vecinos y agentes sociales del barrio como herramienta de cohesión social y de lucha contra la exclusión, no se puede comprar con ella.
La idea es que los clientes que realizan una compra reciben un porcentaje en orués, que luego pueden utilizar en la adquisición de bienes o servicios en los negocios del barrio, en las iniciativas culturales, educativas o medioambientales que se hagan en la zona, así la riqueza generada se queda en el propio barrio. La primera compra se hace en dinero, en euros, y a partir de ahí se van generando con los descuentos los orués.
De momento hay como 20 establecimientos colaboradores, entre empresas locales y asociaciones de comerciantes, hosteleros y profesionales del barrio y de aquí a dos años confían en tener cerca de 300 locales, que tienen que invertir en un teléfono con tecnología NFC, y 5.000 usuarios.
Sólo un dato, en todo el mundo se han clasificado más de 5.000 monedas sociales, que no pretenden sustituir a las de circulación legal, sino ser complementarias.
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En uno de los barrios más emblemáticos de nuestra ciudad, en Russafa los vecinos pondrán en marcha una moneda social, como ya existe en otros barrios de ciudades españolas, el orué, pero lo diferente es que se hace desde el soporte tecnológico más vanguardista e innovador. Al ser electrónica se evitan falsificaciones, como usa la tecnología NFC (Near Field Comunication) y permite el pago móvil.
Con la iniciativa se dinamizará la economía del barrio a la vez que potenciar iniciativas solidarias, culturales, educativas y ecológicas.
El orué, euro escrito al revés, es una moneda electrónica que se obtiene por participar en la idea, y ha sido diseñada por los vecinos y agentes sociales del barrio como herramienta de cohesión social y de lucha contra la exclusión, no se puede comprar con ella.
La idea es que los clientes que realizan una compra reciben un porcentaje en orués, que luego pueden utilizar en la adquisición de bienes o servicios en los negocios del barrio, en las iniciativas culturales, educativas o medioambientales que se hagan en la zona, así la riqueza generada se queda en el propio barrio. La primera compra se hace en dinero, en euros, y a partir de ahí se van generando con los descuentos los orués.
De momento hay como 20 colaboradores, entre empresas locales y asociaciones de comerciantes, hosteleros y profesionales del barrio y de aquí a dos años confían en tener cerca de 300 locales, que tienen que invertir en un teléfono con tecnología NFC, y 5.000 usuarios.
Sólo un dato, en todo el mundo se han clasificado más de 5.000 monedas sociales, que no pretenden sustituir a las de circulación legal, sino ser complementarias.