De todos es sabido que el acceso a la zona superior de la torre del Miguelete se convierte por momentos en un angosto camino. Sus 207 peldaños, dispuestos en forma de escalera de caracol, se hacen cada vez más y más estrechos y llega un punto en el que no es posible la circulación simultánea de dos personas.
Para evitar atascos innecesarios en estos días de máxima actividad, estos semáforos regularán la subida y bajada de visitantes. Las campanas de San Miguel, que dan nombre a la torre, serán testigos mudos de esta curiosa iniciativa. El Miguelete ofrece una de las vistas más espectaculares de la ciudad de Valencia, un reclamo perfecto para aquellos que nos visitan durante estos días. Las fotos que acompañan a este texto son la mejor prueba de ello.