Por supuesto, su actividad no es legal, pero el Ayuntamiento todavía no ha desarrollado la ordenanza municipal que permita a los agentes de la Policía Local multarles por ello. Entre tanto, se agudiza el ingenio para tratar de frenar la avalancha de aparcacoches interesados. Ocupar la calzada, reincidir en la comisión de esta falta o el desacato a la autoridad son las opciones que permiten a los agentes poner un poco de orden en las zonas donde actúan a sus anchas.
El Ayuntamiento ha hecho públicos unos datos que aseguran que desde 2006 se ham abierto 1.847 expedientes. Sin embargo, no todos acaban convirtiéndose en multas. Muchos simplemente se suman a la lista del expedientado, hasta que se consigue un número suficiente como para que se traslade el caso a la Fiscalía. Entre tanto, el Ayuntamiento sigue trabajando en una ordenanza que debería haber visto la luz hace más de dos años.
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