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La cámara secreta de la Catedral

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En 1939 se descubrió una cámara secreta en la Catedral de Valencia. Situada en la parte alta de la antesacristía, los expertos creen que sirvió como escondrijo de la Santa Espina, primera gran reliquia que albergó la Catedral allá por el siglo XIII. La estancia, que en su día albergó tesoros es hoy por si misma toda una joya. Está presidida por un mural de 2’50 por 1’50 metros, dividido en tres zonas al estilo de un tríptico.

Francisco Gil, Canónigo de la Catedral, explicaba recientemente algunos de los motivos reflejados en el mural de esta instancia: «En el panel central aparece en su mitad inferior, el ‘reconditori’, una hornacina gótica excavada en el mismo muro, decorada con tracería lobulada de piedra. En el panel de la izquierda se representa la flagelación. Cristo atado a la columna, mientras los sayones lo azotan con flagelos de tres cabos. La escena de la derecha presenta con acusado realismo el fragmento de Mateo 22, 28, ‘le pusieron una caña en la mano derecha y doblando las rodillas se le burlaban diciendo: Salve rey de los judíos’«.

Los técnicos del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración (IVaCoR) se han marcado como objetivo su limpieza y recuperación, para lo cual ya han iniciado una serie de pruebas preliminares, que permitirán establecer las líneas de trabajo. Los principales problemas a la hora de acometer la restauración vienen precisamente motivados por la reducidas dimensiones del habitáculo. La idea es finalizar el proceso en un plazo de entre seis y ocho meses, y que a partir de ese momento pueda ser disfrutado -a priori siendo monitorizado su interior- por todos los visitantes de la Catedral.

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